lunes, 14 de junio de 2010

¿Cómo enseñar mi asignatura?

Iniciaré por establecer que, desde mi punto de vista, un modelo pedagógico o de enseñanza, es la propuesta que nosotros hacemos para trabajar con los contenidos del programa de estudios, especificando el tipo de interacciones que se establecerán entre los estudiantes y entre ellos y nosotros, además de incluir las situaciones didácticas que se desarrollarán en clase.
Cada uno de los modelos presenta una relación de subordinación con un cuerpo teórico específico en el que nos fundamentamos para su creación, a partir del cual se tratamos de tomar la mayoría de nuestras decisiones. Estos cuerpos teóricos se pueden referir a modelos de construcción del conocimiento, a teorías de aprendizaje o a ambas; al mismo tiempo.
Para departir sobre lo que tengo que hacer para definir un modelo pedagógico que me permita enseñar conforme a las particularidades de la unidad didáctica de inglés, primeramente les comento que, en cuanto a los principios pedagógicos para la enseñanza del inglés, logré detectar que los más utilizados son aquellos directamente relacionados con un grupo de métodos cuya esencia radica en la comunicación, utilizando el trabajo colaborativo (entre estudiantes y entre el profesor y los estudiantes), para organizar acciones especificas ordenadas por pasos, que motiven a los estudiantes a indagar y cuestionar lo que observan, leen o escuchan. Además de desarrollar habilidades para la búsqueda y selección de información confiable y procesarla para fundamentar una postura crítica en ellos.
Al integrar la plantilla llamada ¿Cómo enseñar mi asignatura?, fue de gran ayuda para conocer las características necesarias de la didáctica específica para impartir inglés. Anteriormente, ya había mencionado en otros foros mi necesidad de contar con un referente teórico para saber si estaba aplicando la RIEMS de forma adecuada en el salón de clases, afortunadamente las ligas visitadas me proporcionaron este punto de referencia. Teniendo en consideración esta información pude identificar, a pesar de mis esfuerzos, lo lejana que se encuentra mi práctica de la reforma educativa; principalmente por el énfasis que hago en la memorización de las estructuras gramaticales del programa de estudios, sin permitir que los alumnos tengan un primer contacto integral con ellas, para después mencionar las reglas como simples guías para la consolidación del tema analizado.
Afortunadamente, logré detectar algunas acciones que debo implementar para enseñar conforme a la didáctica específica de mi unidad de aprendizaje. Primordialmente, los documentos consultados me permitieron plantearme la necesidad de extender el tiempo de exposición que tienen mis estudiantes al idioma, proporcionándoles libros escritos en inglés que contengan un nivel de complejidad gramatical acorde con su dominio del idioma y que hable sobre los temas que más llamen su atención (para ello tendré que recurrir a las diferentes editoriales con extensas colecciones – Oxford, Pearson Longman y Cambridge, entre otras), de esta manera además podré darle un enfoque personalizado a la educación que imparto, al considerar los intereses específicos de los estudiantes.
Otra importante acción consiste en incorporar el aprendizaje basado en proyectos para mejorar la forma en la que imparto mi unidad de aprendizaje y trabajar de forma colaborativa con los profesores que imparten otras unidades de aprendizaje. Con esta metodología pretendo que los estudiantes realicen un proyecto relacionado con temas ecológicos, utilizando el idioma inglés para tener acceso a la información disponible en las fuentes de información disponibles en internet y que se encuentran en este idioma; además de redactar sus informes.

domingo, 6 de junio de 2010

¿Qué concepciones de aprendizaje nos parecen congruentes con el enfoque por competencias y por qué?

Pere Marqués en su escrito titulado “Concepciones de aprendizaje”, identifica siete concepciones de entre las que, desde mi punto de vista, ninguna coincide plenamente con el enfoque por competencias. Sin embargo, hay tres que aun y cuando presentan repeticiones en cuanto a las coincidencias que tienen con el enfoque, juntas se complementan de tal forma que cumplen satisfactoriamente con los requerimientos planteados para desarrollar la formación basada en competencias.
En primer lugar encontramos al constructivismo como enfoque congruente con la formación por competencias, ya que considera la importancia de que los estudiantes estén envueltos en tareas que despierten su interés para lograr comprender mejor y transformar sus conocimientos previos al experimentar y tratar de resolver problemas.
En este sentido, el socio-constructivismo aporta el énfasis que el enfoque por competencias hace de la importancia de la interacción social en cuanto al contexto donde el estudiante se desenvuelve y lo complementa con el uso adecuado del lenguaje para lograr argumentar frente a sus compañeros o expertos, fortaleciendo sus habilidades para aprender de forma colaborativa.
Otra de las concepciones identificadas por Pere Marques que puede ser utilizada para complementar los requerimientos del enfoque por competencias, es el aprendizaje significativo que coincide con este en la importancia de la significabilidad psicológica para lograr la adecuación del proceso de aprendizaje al desarrollo del estudiante, en este sentido plantea además la necesidad de que este tenga una actitud activa para lograrlo. Finalmente, esta concepción también aporta elementos importantes para retomar la importancia de la funcionalidad de los aprendizajes para que además de ser interesantes, resulten serles útiles a nuestros estudiantes.

¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?

Gracias a la lectura del documento de Vargas Beal, titulado “El aprendizaje y el desarrollo de las competencias”; puedo responder de forma contundente que el aprendizaje no puede ser considerado como algo trivial, ya que es un proceso fundamental, que no se puede observar ni medir con base en las respuestas que un estudiante pueda proporcionar a propósito de los contenidos de cualquiera de las unidades de aprendizaje del nivel medio superior.
Son varios los argumentos en los que se sustenta esta respuesta, entre los que destacan la existencia en la educación de competencias, tanto académicas como operativas, que resultan ser complementarias y estar estrechamente ligadas, cuya medición no se puede realizar a través de simples preguntas conceptuales relacionadas con los contenidos educativos.
Este fenómeno se presenta porque al aprender, los estudiantes almacenan determinados datos, pero además los asimilan junto a determinadas estructuras en sus cerebros que luego les permite, a través de la evocación; comprender nuevas realidades y ser capaces de actuar sobre determinada realidad problemática para lograr transformara. Prueba de este proceso es la evolución humana que han experimentado las distintas civilizaciones a lo largo del timepo y de la que somos el resultado tangible.
Además, al considerar que algunos autores incorporan a la ética y los valores como elementos del desempeño competente con los que se capacita a los estudiantes en la acción misma, nos queda claro que para poder observar y medir el aprendizaje no podemos recurrir a simples preguntas ya que estas no reflejan las acciones que puede realizar el estudiante como resultado de este proceso.
Finalmente, gracias a esta lectura logré identificar con gran orgullo que el lema de la institución donde laboro (“La Técnica al servicio de la Patria”), a pesar de haber sido creado a mediados del siglo pasado, resulta estar en plena congruencia con la finalidad primordial de la formación por competencias, que de acuerdo con Vargas, consiste en lograr que la educación asuma una formación inteligente y ética para servir. Este hallazgo me permitió renovar mi compromiso tanto con mis estudiantes como con mi escuela, para lograr la implementación de la RIEMS en mi práctica profesonal diaria.